En nuestro cuerpo todo es circular y se mueve permanentemente.
A los centros de esos movimientos se los llama Chakras, cuyo significado en Sánscrito es "rueda".
Aunque
 no seamos conscientes de ello, nuestro cuerpo funciona en virtud de las
 energías que se mueven dentro de él. Un motor no podría funcionar sin 
energía, por más hermoso diseño que tenga, un avión no podría volar sin 
combustible. Y un barco a vela no se mueve si no es impulsado por la 
energía del viento. Esa energía o combustible, ingresa al organismo a 
través de puntos diseminados por el cuerpo, llamados CHAKRAS.
Se trata de centros de energía que giran a gran velocidad, y que se dividen en dos grupos:
Son
 siete y están ubicados en línea vertical a lo largo de la columna 
vertebral, desde la base del tronco hasta la cima de la cabeza. Regulan 
la mayor parte de las funciones corporales.
Chakras secundarios:
De
 menor tamaño. Los principales están ubicados en los centros de las 
palmas de las manos y en las plantas de los pies, siendo en total 
veintiuno.
Los Chakras principales que describo a continuación, son los que ejercen mayor influencia sobre nuestra vida, nuestra salud y pueden hacer cambios de funcionamiento con mayor facilidad. Veamos ahora cuáles son y cómo actúan.
Se los numera de abajo hacia arriba porque su energía trabaja en forma ascendente. Esto se relaciona con la energía primaria o terrena que ingresa por los pies, y sube a lo largo del cuerpo atravesando los distintos planos de energía que corresponden al aura humana o campo energético que nos rodea y atraviesa. Cada uno de estos planos posee una vibración diferente y a medida que ascendemos, la vibración es más alta. El recorrido termina en la cúspide de la cabeza, donde la energía transformada, se conecta con los planos espirituales de consciencia.
Un
 chakra es una especie de cono por donde ingresan energías. Su vértice 
está conectado a un canal principal que corre a lo largo de la columna 
vertebral. Cada chakra tiene, desde el eje principal, una doble salida 
que corresponde a la parte frontal o posterior del cuerpo. La parte 
frontal se relaciona con los sentimientos de la persona, la parte dorsal
 o posterior, con la voluntad.
En el interior 
del cono, las energías giran a gran velocidad en forma permanente, 
mientras no se produzca alguna alteración. Para detectar las 
alteraciones es necesario entrenar los chakras de las palmas de las 
manos, para aumentar la sensibilidad y poder percibir el movimiento de 
estos centros, o bien, valerse de un péndulo que permita registrar el 
tipo de giro que está realizando (en sentido horario o antihorario) y la
 velocidad del mismo.
Todos los chakras deben 
ingresar energías constantemente, pero a veces, nuestros pensamientos, 
nuestras tensiones, provocan cambios de giro o cierre del chakra, lo 
cual impide el libre fluir de la energía. Muchas veces este cierre 
(bloqueo), se mantiene durante un tiempo prolongado. Dado que cada uno 
de estos, centros está conectado con un área del cuerpo y compromete el 
funcionamiento de los órganos que ese área gobierna, este bloqueo 
termina afectando a alguno de ellos y aparece una enfermedad física. 
Veamos ahora cuáles son los siete chakras principales y los órganos que 
rigen.

Séptimo chakra: CORONARIO.
Gobierna
 el cerebro superior y corresponde a nuestra conexión con las energías 
superiores o cósmicas, que nos llevan a la vida espiritual.
Sexto chakra: FRONTAL.
Corresponde
 al cerebro inferior, oídos, nariz. La glándula pituitaria, que regula 
el funcionamiento de todas las demás glándulas endocrinas, se encuentra 
dentro del área de este chakra, de modo que el séptimo, comanda a todos 
los otros chakras.
Quinto chakra: LARÍNGEO.
Se
 relaciona con la expresión de lo que sentimos. Representa a la vida 
intelectual. Corresponde a la zona de la garganta, aparato bronquial, 
pulmones y canal alimentario.
Cuarto chakra: CARDÍACO.
Rige
 el corazón y el sistema circulatorio. Se relaciona con nuestra 
capacidad de dar amor, de entregarnos. Nuestra vida afectiva.
Tercer chakra: PLEXO SOLAR.
Abarca
 el estómago, el hígado, páncreas y también el sistema nervioso. Es 
nuestra vida emocional. Cómo nos afecta o nos llega el mundo exterior. 
(A veces cuando alguien ¨nos hace¨ algo, nos duele el estómago).
Segundo chakra: ESPLENICO (SACRO)
Este
 chakra representa nuestra vida, nuestra conexión con ella, como así 
también la cantidad de energía sexual que poseemos (aquí es la que 
permite la acción). Comprende el aparato reproductor, la vejiga y la 
zona intestinal.
Primer chakra: BASE.
Rige
 los pies (que nos conectan con la tierra) y aquello que nos da fuerzas 
para sostenernos: huesos y espina dorsal (la base está dentro del área 
de este chakra).
Una de las pautas básicas 
para el buen funcionamiento de los chakras, es el pensamiento positivo. 
No olvidemos que se cargan con energías que ingresan desde afuera, 
filtradas por la mente.
También ejercicios 
físicos determinados, pueden cargarlos adecuadamente. La meditación 
asidua limpia los chakras de impurezas y permite el libre fluir 
energético. Además, hay técnicas de armonización específicas para cada 
caso, que permiten el reordenamiento del giro correcto de los chakras, o
 su eventual desbloqueo.
Una vez más, uno 
puede llegar a la conclusión de que es bueno conocerse, saber qué tipo 
de pensamientos dominan nuestra mente. A veces sólo se necesita estar 
atentos al propio cuerpo para percibir las alteraciones en estos centros
 de energías. Pero se requiere de tiempo y paciencia para revertir las 
alteraciones, una vez que se han producido.
El
 hecho de no estar entrenados para detectar las propias irregularidades,
 no impide que podamos lograrlo con el tiempo. Sin embargo, si no está 
en nuestros planes realizar dicho entrenamiento de auto-detección, no 
significa que el tema deba ser descartado si nos interesamos por 
nosotros mismos. Existe un recurso moderno al alcance de todos, que se 
llama fotografía Kirlian. Se trata de un aparato que registra el campo 
energético en una foto, a través de la cual, con una interpretación 
adecuada, se logra detectar anormalidades en la energía antes de que se 
manifiesten en lo físico.
Así, a través de 
este medio, logramos percibir lo mismo que con un gran entrenamiento en 
el manejo de energías. Es un modo directo para llegar a la toma de 
consciencia de qué estamos haciendo con nosotros mismos, y cómo perciben
 esto nuestros chakras. Y, si lo deseamos, podemos ponernos en marcha 
para realizar las correcciones necesarias, antes de que nuestro cuerpo 
lo perciba.
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